Razones contra la violencia. Por la convivencia democrática en el País Vasco, vol. I

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Sobre la violencia terrorista de ETA y sus entornos se ha discutido y escrito ya mucho. ¿Vale la pena seguir insistiendo en ello? ¿Ayuda a la causa de la paz? La pretensión de Bakeaz, invitando a personas significativas del País Vasco en el campo de la reflexión y el trabajo cívico por la paz a que ofrezcan sus aportaciones sobre este tema, es que sí. Por supuesto, ello exige determinadas condiciones: que se asuman decidida y fundadamente los principios democráticos que se cohesionan en torno al derecho a la vida y la libertad, que se trate de una reflexión a la que su compromiso con la causa de la paz y la libertad no le quite, al revés, le potencie su consistencia y solidez, el esfuerzo por buscar siempre los mejores argumentos y los mejores análisis, estando atentos a los diversos aspectos de la realidad, que sea una reflexión dialogante, abierta críticamente a las razones de los otros, ya sea en la propia argumentación, ya sea confrontando nuestras aportaciones con las de los demás.El conjunto de los trabajos lo hemos englobado bajo el título Razones contra la violencia. Por la convivencia democrática en el País Vasco, porque creemos que sintetiza adecuadamente tanto las intenciones del proyecto como las diversas aportaciones. Aparentemente, nada hay más frágil que una razón contra la fuerza destructora de la violencia. Pero por otro lado, nada puede ser tan fuerte para destruir de raíz la dinámica violenta como las razones que descubren su inhumanidad e irracionalidad. Ante esta tensión entre fragilidad y fortaleza de las razones frente a la violencia, vale la pena apostar activamente por que se imponga su fortaleza, por alumbrar una situación en la que las únicas armas sean las palabras.El texto Origen, espiral y alienación, de Kepa Aulestia, constituye un intento de interpretación del problema de la violencia partiendo de una idea básica: la violencia es más la causa que la consecuencia. La violencia surge en la historia reciente del País Vasco por voluntad de un grupo residual de personas que logran activar la espiral acción-represión en la década de los sesenta. Dicha espiral transita de la dictadura a la democracia, pasando de constituir una realidad vivida por un amplio número de personas, a ser la dinámica que cohesiona al grupo social alienado por la violencia. Ésta pasa de ser un instrumento en manos de sus protagonistas a adueñarse de la voluntad de éstos, provocando una transgresión ideológica y una producción ética que terminan generando y dando cohesión a una sociedad dentro de la sociedad.En el ensayo Identidad nacional y violencia. El caso vasco, de Xabier Etxeberria, se indagan dos cuestiones: si la reclamación del derecho a la identidad colectiva, aunque fuera legítima, justifica el uso de la violencia, y si esa reclamación es en sí legítima. Teniendo como referencia la indivisibilidad de los derechos humanos y como marco conceptual el implicado en el debate entre comunitaristas y liberales, y aplicándolo al caso vasco, el autor mantiene la tesis de que es éticamente legítima, en este caso, una reivindicación identitaria que se exprese en el marco de identidades complejas concepto que se explica con precisión y que exija en condiciones que se detallan autodeterminación y autogobierno, quedando desde ahí radicalmente deslegitimada, por coherencia ética intrínseca con la propuesta, la vía violenta para reclamarlo.En el texto de Carlos Martínez Gorriarán, El discurso del medio. Retóricas comprensivas del terrorismo en el País Vasco, se plantea que el terrorismo, y el clima general de violencia política y coerción cultural, constituye el principal problema que padece la sociedad vasca. No sólo por las víctimas humanas y los daños materiales, políticos y morales que produce, sino porque en torno suyo medra toda una cultura que justifica la violencia como instrumento útil para conseguir determinados objetivos privados, disfrazados de falsos intereses generales, que no pueden obtenerse por vías ordinarias. En este proceso surge el discurso del medio, la retórica que emplean las fuerzas políticas, entidades y personas que intentan mantener una presunta equidistancia entre el terrorismo y la democracia. Esta retórica sostiene que la violencia surge de un conflicto entre dos partes que deberían negociar para llegar a la paz: ETA y el Estado español. Es el discurso característico de quien está contra los medios violentos, se sitúa en medio del conflicto, y defiende la mediación como salida pacífica, no es partidario del terrorismo, pero cuestiona los fundamentos de cualquier posible sistema democrático al intentar establecer simetrías que igualen a los partidarios de la democracia con los del terrorismo. Este ensayo (que forma parte de la investigación Estética de las identidades modernas: narrativa, poética y retórica del yo de la Universidad del País Vasco) pretende comprender mejor los fundamentos, lógica y procedimientos de esta retórica.Por último, en el trabajo Ética, paz y autodeterminación en Euskadi: perspectivas ético-cristianas, Demetrio Velasco sostiene la tesis de que la autodeterminación, como fórmula política para ejercer las libertades democráticas (supuesto el marco de una sociedad razonablemente democrática), tal como se exige desde algunas opciones políticas (fundamentalmente nacionalistas), no es, en principio, ni una exigencia derivada de principios normativos de la ética política, ni una condición imprescindible para lograr una paz razonable, ni mucho menos expresión de una exigencia evangélica. La tesis se ilustra con una documentada referencia al pensamiento jurídico-político contemporáneo, a la Doctrina Social de la Iglesia, y a una praxis cristiana que una Iglesia inspirada en criterios evangélicos debería seguir. La valoración crítica de un texto de un obispo nacionalista, que, en opinión del autor, refleja la praxis que los cristianos adultos deberían evitar, cierra el capítulo.